miércoles, 24 de noviembre de 2010

Lectura del día

Primera Lectura

Lectura del libro del

Apocalipsis del apóstol san

Juan (15, 1-4)

Yo, Juan, tuve una visión:

Vi en el cielo otra gran señal maravillosa: Eran siete ángeles, portadores de las últimas siete plagas, con las cuales Dios pondrá fin a su cólera.

Vi también una especie de mar de cristal, mezclado con fuego; y los vencedores de la bestia, de su estatua y del número simbólico de su nombre, estaban de pie junto al mar de cristal, con las cítaras que Dios les había dado, y cantaban el cántico de Moisés, el siervo de Dios, y el cántico del Cordero, diciendo:

“Grandes y maravillosas son tus obras, Señor, Dios todopoderoso; justo y verdadero tu proceder, rey de las naciones. ¿Quién no te respetará, Señor? ¿Quién no te alabará? Ya que sólo tú eres santo, y todas las naciones vendrán a adorarte, porque tus justas sentencias han quedado patentes”.

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 97

Señor, tus obras

son maravillosas.

Cantemos al Señor un canto nuevo, pues ha hecho maravillas. Su diestra y su santo brazo le han dado la victoria.

Señor, tus obras

son maravillosas.

El Señor ha dado a conocer su victoria y ha revelado a las naciones su justicia. Una vez más ha demostrado Dios su amor y su lealtad hacia Israel.

Señor, tus obras

son maravillosas.

Alégrese el mar y el mundo submarino, el orbe y todos los que en él habitan. Que los ríos estallen en aplausos y las montañas salten de alegría.

Señor, tus obras

son maravillosas.

Regocíjese todo ante el Señor, porque ya viene a gobernar el orbe. Justicia y rectitud serán las normas con las que rija a todas las naciones.

Señor, tus obras

son maravillosas.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.

Sé fiel hasta la muerte y te daré como premio la vida, dice el Señor.

Aleluya.

Evangelio

† Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (21, 12-19)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Los perseguirán y los apresarán, los llevarán a los tribunales y a la cárcel, y los harán comparecer ante reyes y gobernantes por causa mía. Con esto ustedes darán testimonio de mí.

Grábense bien que no tienen que preparar de antemano su defensa, porque yo les daré palabras sabias, a las que no podrá resistir ni contradecir ningún adversario de ustedes.

Los traicionarán hasta sus padres y hermanos, sus parientes y amigos. Matarán a algunos de ustedes, y todos los odiarán por causa mía. Sin embargo, ni un cabello de su cabeza perecerá. Si se mantienen firmes, conseguirán la vida”.

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Reflexión

El evangelio del día de hoy presenta las consecuencias que trae consigo el vivir con fe, esperanza y radicalidad los valores del reino de Dios en medio de una sociedad que tiene como principio de vida la búsqueda del poder personal antes que la solidaridad y la fraternidad. La persecución, el enfrentamiento con las fuerzas del poder y el martirio son realidades que todo discípulo y toda comunidad creyente deben asumir por causa de instaurar un nuevo orden de relaciones en el que el respeto por la vida y la dignidad del ser humano y de la naturaleza, la búsqueda de la justicia social, la solidaridad y la fraternidad entre los pueblos son fundamentos esenciales. Este ambiente hostil en el que va creciendo la comunidad de testigos y seguidores de Jesús, como aquella semilla de mostaza, es propicio para que todos los creyentes en la esperanza den testimonio del Dios de la Vida, resistiendo a toda calumnia, a toda forma de muerte. Este texto que hemos leído hoy se actualiza en todos aquéllos que de diversas maneras desgastan con fidelidad su vida en la construcción de experiencias alternativas de comunidad; en todos aquéllos que en nombre del Evangelio defienden la vida.

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