lunes, 31 de mayo de 2010

Lectura del Dia

Primera Lectura

Lectura del libro del profeta

Sofonías (3, 14-18)

Canta, hija de Sión, da gritos de júbilo, Israel, gózate y regocíjate de todo corazón, Jerusalén.

El Señor ha levantado su sentencia contra ti, ha expulsado a todos tus enemigos. El Señor será el rey de Israel en medio de ti y ya no temerás ningún mal.

Aquel día dirán a Jerusalén: “No temas, Sión, que no desfallezcan tus manos. El Señor, tu Dios, tu poderoso salvador, está en medio de ti. El se goza y se complace en ti; él te ama y se llenará de júbilo por tu causa, como en los días de fiesta”.

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Isaías 12

El Señor ha hecho

maravillas con nosotros.

El Señor es mi Dios y salvador, con él estoy seguro y nada temo. El Señor es mi protección y mi fuerza y ha sido mi salvación. Sacarán agua con gozo de la fuente de salvación.

El Señor ha hecho

maravillas con nosotros.

Den gracias al Señor, invoquen su nombre, cuenten a los pueblos sus hazañas, proclamen que su nombre es sublime.

El Señor ha hecho

maravillas con nosotros.

Alaben al Señor por sus proezas, anúncienlas a toda la tierra. Griten jubilosos, habitantes de Sión, porque el Dios de Israel ha sido grande con ustedes.

El Señor ha hecho

maravillas con nosotros.

Evangelio

Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (1, 39-56)

Gloria a ti, Señor.

En aquellos días, María se encaminó presurosa a un pueblo de las montañas de Judea, y entrando en la casa de Zacarías, saludó a Isabel. En cuanto ésta oyó el saludo de María, la creatura saltó en su seno.

Entonces Isabel quedó llena del Espíritu Santo, y levantando la voz, exclamó: “¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que la madre de mi Señor venga a verme? Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de gozo en mi seno.Dichosa tú que has creído, porque se cumplirá cuanto te fue anunciado de parte del Señor”.

Entonces dijo María: “Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu se llena de júbilo en Dios, mi salvador, porque puso sus ojos en la humildad de su esclava. Desde ahora me llamarán dichosa todas las generaciones, porque ha hecho en mí grandes cosas el que todo lo puede. Santo es su nombre y su misericordia llega de generación en generación a los que lo temen.

Ha hecho sentir el poder de su brazo: dispersó a los de corazón altanero, destronó a los potentados y exaltó a los humildes. A los hambrientos los colmó de bienes y a los ricos los despidió sin nada.

Acordándose de su misericordia, vino en ayuda de Israel, su siervo, como lo había prometido a nuestros padres, a Abraham y a su descendencia, para siempre”.

María permaneció con Isabel unos tres meses, y luego regresó a su casa.

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Reflexion

El encuentro de dos mujeres embarazadas es narrado con mucha ternura. Es una escena que desborda alegría, vida y esperanza. María es la mujer que creyó en la Buena Noticia del nacimiento de Jesús el hijo de Dios. Una noticia tan buena y tan grande no se puede callar, pide ser compartida, anunciada a otras personas.

De esta manera se pone en camino para visitar a su prima Isabel, quien luego de vivir durante toda su vida como una mujer estéril también está embarazada. Dios ha puesto su proyecto salvador en las manos y el corazón de dos mujeres creyentes. Un niño salta de gozo, María canta feliz la grandeza del Señor que extiende su misericordia de generación en generación y el Espíritu Santo que ha sido derramado lo llena todo.

La comunicación de la Buena Noticia a los pobres encuentra en las mujeres un lugar privilegiado. En ellas se conjugan la ternura y la fortaleza, la sensibilidad y la lucidez; cualidades tan necesarias para ir al encuentro de los sufrientes y dar a luz con ellos la nueva humanidad del Reino.


sábado, 29 de mayo de 2010

Primera Lectura

Lectura de la carta del apóstol

san Judas (17, 20-25)

Queridos hermanos:

Recuerden las palabras que les predicaron los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo. Consolídense sobre el cimiento de su fe santa, oren movidos por el Espíritu Santo, conserven en ustedes el amor a Dios, en espera de que la misericordia de nuestro Señor Jesucristo les dé la vida eterna.

A los indecisos traten de convencerlos, para arrancarlos del fuego de la condenación; a los otros, manifiéstenles compasión, pero con cautela, aborreciendo aun la ropa contaminada por su mala vida.

Al Dios único, nuestro salvador, que puede preservarlos a ustedes de todo pecado y hacer que se presenten ante su gloria gozosos y sin mancha, honor y gloria, fuerza y poder, por Jesucristo, nuestro Señor, desde siempre, ahora y por todos los siglos. Amén.

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 62

Señor, mi alma tiene sed de ti.

Señor, tú eres mi Dios, a ti te busco; de ti sedienta está mi alma. Señor, todo mi ser te añora como el suelo reseco añora el agua.

Señor, mi alma tiene sed de ti.

Para admirar tu gloria y tu poder, con este afán te busco en tu santuario. Pues mejor es tu amor que la existencia; siempre, Señor, te alabarán mis labios.

Señor, mi alma tiene sed de ti.

Podré así bendecirte mientras viva y levantar en oración mis manos. De lo mejor se saciará mi alma; te alabaré con jubilosos

labios.

Señor, mi alma tiene sed de ti.

Evangelio

† Lectura del santo Evangelio

según san Marcos (11, 27-33)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos llegaron de nuevo a Jerusalén, y mientras Jesús caminaba por el templo, se le acercaron los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos, y le preguntaron: “¿Con qué autoridad haces todo esto? ¿Quién te ha dado autoridad para actuar así?”

Jesús les respondió: “Les voy a hacer una pregunta. Si me la contestan, yo les diré con qué autoridad hago todo esto. El bautismo de Juan, ¿era cosa de Dios o de los hombres? Contéstenme”.

Ellos se pusieron a razonar entre sí: “Si le decimos que de Dios, nos dirá: ‘Entonces ¿por qué no le creyeron’?, y si le decimos que de los hombres ...” Pero, como le tenían miedo a la multitud, pues todos consideraban a Juan como verdadero profeta, le respondieron a Jesús: “No lo sabemos”. Entonces Jesús les replicó: “Pues tampoco yo les diré con qué autoridad hago todo esto”.

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Reflexion.

Los sumos sacerdotes, letrados y ancianos que representan al sanedrín cuestionan a Jesús: “¿Con qué autoridad haces eso? ¿Quién te ha dado tal autoridad para hacerlo?”. Jesús ha sido enviado por el Padre para llevar Buenas Noticias a los pobres. Por lo tanto su autoridad proviene del Padre y Jesús la ejerce desde el servicio a los más pobres. El sanedrín que lo cuestiona, tampoco ha creído en Juan el Bautista; en cambio el pueblo lo consideró un profeta autorizado por Dios.

El profeta es el hombre de Dios, su vida es respuesta que surge de escuchar a Dios en su Palabra y en el clamor doloroso de su pueblo. Esta capacidad de escuchar lo adentra cada vez más en el conocimiento del proyecto que Dios tiene y se consagra a El sirviendo a los pobres. Para que ellos vivan, el profeta es llamado a dar toda su vida.

La gente no reconoce con autoridad a quien cree que ésta es cuestión de privilegios o de títulos sino a quien es capaz de servir dando la propia vida. Así lo hizo Jesús, así deben ser sus discípulos.


viernes, 28 de mayo de 2010

Lectura del Dia

Primera Lectura

Lectura de la primera carta

del apóstol san Pedro

(4, 7-13)

Hermanos: Ya está cerca el final de todo; por tanto, vivan con sensatez y en vigilancia para poder orar. Sobre todo, mantengan en continua actividad el amor mutuo, pues el amor sepulta una multitud de pecados. Sean hospitalarios los unos con los otros, sin quejas.

Que cada uno, como buen administrador de la gracia multiforme de Dios, emplee para servir a los demás, los dones recibidos. Quien habla, sea mensajero de las palabras de Dios; quien se dedica a servir a los demás, que los sirva con la fuerza que Dios le comunica. De modo que Dios sea glorificado en todo, por medio de Jesucristo, a quien corresponden la gloria y el poder, por los siglos de los siglos. Amén.

No se sorprendan, queridos hermanos, del fuego de persecución que ha prendido por ahí para ponerlos a prueba, como si les sobreviniera algo nunca visto. Al contrario, alégrense de compartir ahora los padecimientos de Cristo, para que, cuando se manifieste su gloria, el júbilo de ustedes sea desbordante.

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 95

El Señor juzgará

a todas las naciones.

“Reina el Señor”, digamos a los pueblos. El afianzó con su poder el orbe, gobierna a las naciones con justicia.

El Señor juzgará

a todas las naciones.

Alégrense los cielos y la tierra, retumbe el mar y el mundo submarino. Salten de gozo el campo y cuanto encierra, manifiesten los bosques regocijo.

El Señor juzgará

a todas las naciones.

Regocíjese todo ante el Señor, porque ya viene a gobernar el orbe. Justicia y rectitud serán las normas con las que rija a todas las naciones.

El Señor juzgará

a todas las naciones.

Evangelio

† Lectura del santo Evangelio

según san Marcos (11, 11-26)

Gloria a ti, Señor.

Después de haber sido aclamado por la multitud, Jesús entró en Jerusalén, fue al templo y miró todo lo que en él sucedía; pero como ya era tarde, se marchó a Betania con los Doce.

Al día siguiente, cuando salieron de Betania, sintió hambre. Viendo a lo lejos una higuera con hojas, Jesús se acercó a ver si encontraba higos; pero al llegar, sólo encontró hojas, pues no era tiempo de higos. Entonces le dijo a la higuera: “Que nunca jamás coma nadie frutos de ti”. Y sus discípulos lo estaban oyendo.

Cuando llegaron a Jerusalén, entró en el templo y se puso a arrojar de ahí a los que vendían y compraban; volcó las mesas de los que cambiaban dinero y los puestos de los que vendían palomas; y no dejaba que nadie cruzara por el templo cargando cosas. Luego se puso a enseñar a la gente, diciéndoles: “¿Acaso no esta escrito: Mi casa será casa de oración para todos los pueblos? Pero ustedes la han convertido en una cueva de ladrones”.

Los sumos sacerdotes y los escribas se enteraron de esto y buscaban la forma de matarlo; pero le tenían miedo, porque todo el mundo estaba asombrado de sus enseñanzas.Cuando atardeció, Jesús y los suyos salieron de la ciudad.

A la mañana siguiente, cuando pasaban junto a la higuera, vieron que estaba seca hasta la raíz. Pedro cayó en la cuenta y le dijo a Jesús: “Maestro, mira: la higuera que maldijiste se secó”.

Jesús les dijo entonces:

“Tengan fe en Dios. Les aseguro que si uno le dice a ese monte: ‘Quítate de ahí y arrójate al mar’, sin dudar en su corazón y creyendo que va a suceder lo que dice, lo obtendrá. Por eso les digo: Cualquier cosa que pidan en la oración, crean ustedes que ya se la han concedido, y la obtendrán.

Y cuando se pongan a orar, perdonen lo que tengan contra otros, para que también el Padre, que está en el cielo, les perdone a ustedes sus ofensas; porque si ustedes no perdonan, tampoco el Padre, que está en el cielo, les perdonará a ustedes sus ofensas”.

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Reflexion.

La higuera era muy frondosa pero no tenía frutos. La Casa del Señor, llamada a dar frutos de vida, debe ser Casa de oración para todo el mundo. La oración nos adentra en el desarrollo de la capacidad de escuchar a Dios que nos habla a través de su Palabra y del clamor sufrido de los pobres. La Casa debe ser escuela de oración que nos abra a escuchar “con un oído en el pueblo y el otro en el Evangelio” (Enrique Angelelli). El discípulo que aprende a escuchar de esta manera, se abrirá a dar una respuesta comprometida que de frutos abundantes.

Si la casa se convirtió en cueva de ladrones, en lugar de dar los frutos esperados, será un lugar estéril desde su misma raíz. En vez de alimentar a las naciones que tienen hambre de justicia y de paz, hambre del Reino, se terminará consumiendo a sí misma.

Los discípulos llamados a creer con todo el corazón tienen que ser una Iglesia comunidad, servidora de los pobres, casa acogedora, de puertas abiertas y corazón misionero.


jueves, 27 de mayo de 2010

Primera Lectura

Lectura del libro del

Génesis 14, 18-20

Sacó pan y vino

En aquellos días, Melquisedec, rey de Salén, sacerdote del Dios altísimo, sacó pan y vino y bendijo a Abrán, diciendo: «Bendito sea Abrán por el Dios altísimo, creador de cielo y tierra; bendito sea el Dios altísimo, que te ha entregado tus enemigos.»

Y Abrán le dio un décimo de cada cosa.

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial

Salmo : 109, 1. 2. 3. 4

Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec

Oráculo del Señor a mi Señor: «Siéntate a mi derecha, y haré de tus enemigos estrado de tus pies.» R.

Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec

Desde Sión extenderá el Señor el poder de tu cetro: somete en la batalla a tus enemigos. R.

Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec

«Eres príncipe desde el día de tu nacimiento, entre esplendores sagrados;

Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec

yo mismo te engendré, como rocío, antes de la aurora.» R.

Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec

El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:

«Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec.» R.

Segunda Lectura

Lectura de la I carta

a los Corintios 11, 23-26

Cada vez que coméis y bebéis, proclamáis la muerte del Señor

Hermanos: Yo he recibido una tradición, que procede del Señor y que a mi vez os he transmitido:

Que el Señor Jesús, en la noche en que iban a entregarlo, tomó un pan y, pronunciando la acción de gracias, lo partió y dijo: «Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros. Haced esto en memoria mía.»

Lo mismo hizo con el cáliz, después de cenar, diciendo: «Este cáliz es la nueva alianza sellada con mi sangre; haced esto cada vez que lo bebáis, en memoria mía.»

Por eso, cada vez que coméis de este pan y bebéis del cáliz, proclamáis la muerte del Señor, hasta que vuelva.

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Evangelio

† Lectura del santo Evangelio

Según San Lucas 9, 11b-17

Comieron todos y se saciaron

En aquel tiempo, Jesús se puso a hablar al gentío del reino de Dios y curó a los que lo necesitaban.

Caía la tarde, y los Doce se le acercaron a decirle: «Despide a la gente; que vayan a las aldeas y cortijos de alrededor a buscar alojamiento y comida, porque aquí estamos en descampado.»

Él les contestó: «Dadles vosotros de comer.»

Ellos replicaron: «No tenemos más que cinco panes y dos peces; a no ser que vayamos a comprar de comer para todo este gentío.»

Porque eran unos cinco mil hombres.

Jesús dijo a sus discípulos: «Decidles que se echen en grupos de unos cincuenta.»

Lo hicieron así, y todos se echaron.

Él, tomando los cinco panes y los dos peces, alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición sobre ellos, los partió y se los dio a los discípulos para que se los sirvieran a la gente. Comieron todos y se saciaron, y cogieron las sobras: doce cestos.

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Reflexion

El pan evoca en nosotros experiencias fundamentales de la vida: la mesa familiar, las alegrías y tristezas compartidas, la ternura y el esfuerzo de la madre y el padre para procurar el amor que se hace comida para los hijos. Pero también sabemos que el pan no está en todas las mesas. El hambre se lleva tantas vidas inocentes en este mundo injusto.

Jesús comparte el pan con la multitud de los pobres y sufrientes que lo han seguido porque donde hay pan para todos y todas, y se comparte, allí está Dios y la vida es abundante. Los discípulos de Jesús son invitados a compartir su pan con los pobres, de esta manera se gesta la comunión que nace con la nueva familia de los hijos e hijas de Dios en la fracción del pan.

Discípulos y hermanos en el urgente proyecto de construir una sociedad humana, justa y fraterna; donde podamos saborear juntos el gusto de vivir plenamente.

miércoles, 26 de mayo de 2010

Lectura del Dia

Primera Lectura

Lectura de la primera carta del

apóstol san Pedro (1, 18-25)

Hermanos: Bien saben ustedes que de su estéril manera de vivir, heredada de sus padres, los ha rescatado Dios, y no con bienes efímeros, como el oro y la plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, el cordero sin defecto ni mancha, al cual Dios había elegido desde antes de la creación del mundo, y por amor a ustedes, lo ha manifestado en estos tiempos, que son los últimos.

Por Cristo, ustedes creen en Dios, quien lo resucitó de entre los muertos y lo llenó de gloria, a fin de que la fe de ustedes sea también esperanza en Dios.

Así pues, purificados ya internamente por la obediencia a la verdad, que conduce al amor sincero a los hermanos, ámense los unos a los otros de corazón e intensamente. Porque han vuelto ustedes a nacer, y no de una semilla mortal, sino inmortal, por medio de la palabra viva y permanente de Dios.

En efecto, todo mortal es hierba y toda su belleza es flor de hierba: se seca la hierba y cae la flor; en cambio, la palabra del Señor permanece para siempre.

Y ésa es la palabra que se les ha anunciado.

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 147

Demos gloria al Señor.

Glorifica al Señor, Jerusalén, a Dios ríndele honores, Israel. El refuerza el cerrojo de tus puertas y bendice a tus hijos en tu casa.

Demos gloria al Señor.

El mantiene la paz en tus fronteras, con su trigo mejor sacia tu hambre. El envía a la tierra su mensaje y su palabra corre velozmente.

Demos gloria al Señor.

Le muestra a Jacob su pensamiento, sus normas y designios a Israel. No ha hecho nada igual con otro pueblo, ni le ha confiado a otro sus proyectos.

Demos gloria al Señor.

Evangelio

† Lectura del santo Evangelio

según san Marcos (10, 32-45)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos iban camino de Jerusalén y Jesús se les iba adelantando. Los discípulos estaban sorprendidos y la gente que lo seguía tenía miedo. El se llevó aparte otra vez a los Doce y se puso a decirles lo que le iba a suceder: “Ya ven que nos estamos dirigiendo a Jerusalén y el Hijo del hombre va a ser entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas; van a condenarlo a muerte y a entregarlo a los paganos; se van a burlar de él, van a escupirlo, a azotarlo y a matarlo; pero al tercer día resucitará”.

Entonces se acercaron a Jesús Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, y le dijeron: “Maestro, queremos que nos concedas lo que vamos a pedirte”. El les dijo: “¿Qué es lo que desean?”

Le respondieron: “Concede que nos sentemos uno a tu derecha y otro a tu izquierda, cuando estés en tu gloria”. Jesús les replicó: “No saben lo que piden. ¿Podrán pasar la prueba que yo voy a pasar y recibir el bautismo con que seré bautizado?” Le respondieron:

“Sí podemos”. Y Jesús les dijo:

“Ciertamente pasarán la prueba que yo voy a pasar y recibirán el bautismo con que yo seré bautizado; pero eso de sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo; eso es para quienes está reservado”.

Cuando los otros diez apóstoles oyeron esto, se indignaron contra Santiago y Juan. Jesús reunió entonces a los Doce y les dijo: “Ya saben que los jefes de las naciones las gobiernan como si fueran sus dueños y los poderosos las oprimen. Pero no debe ser así entre ustedes. Al contrario: el que quiera ser grande entre ustedes que sea su servidor, y el que quiera ser el primero, que sea el esclavo de todos, así como el Hijo del hombre, que no ha venido a que lo sirvan, sino a servir y a dar su vida por la redención de todos”.

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Reflexion

Jesús reúne a los Doce y les anuncia con realismo lo que le va a suceder en Jerusalén: las autoridades religiosas y políticas lo matarán y luego de tres días resucitará. Los hijos de Zebedeo piden privilegios, no quieren aceptar el sufrimiento que supone el seguimiento de Jesús. El Hijo del Hombre no vino a ser servido sino a servir y dar su vida en rescate de muchos, es el Servidor sufriente, no el Mesías triunfador.

No debe ser lo propio de los discípulos y discípulas de Jesús el buscar puestos, poder y riquezas. El discípulo auténtico es el servidor que debe tomar distancia de las prácticas de poder propias de “los gobernantes que dominan a las naciones como si fueran sus dueños”. El camino de la Cruz es también el camino del discípulo, quien busca atajos, se niega a amar apasionadamente como lo hizo Jesús. Sólo resucita el que ha sabido dar la vida.

martes, 25 de mayo de 2010

Lectura del Dia

Primera Lectura

Lectura de la primera carta del

apóstol san Pedro (1, 10-16)

Hermanos: Los profetas, cuando predijeron la gracia destinada a ustedes, investigaron también profundamente acerca de la salvación de ustedes. Ellos trataron de descubrir en qué tiempo y en qué circunstancias se habrían de verificar las indicaciones que el Espíritu de Cristo, que moraba en ellos, les había revelado sobre los sufrimientos de Cristo y el triunfo glorioso que los seguiría. Pero se les dio a conocer que ellos no verían lo que profetizaban, sino que estaba reservado para nosotros. Todo esto les ha sido anunciado ahora a ustedes, por medio de aquellos que les han predicado el Evangelio con la fuerza del Espíritu Santo, enviado del cielo, y ciertamente es algo que los ángeles anhelan contemplar.

Por eso, viviendo siempre atentos y vigilantes, pongan toda su esperanza en la gracia que les va a traer la manifestación gloriosa de Jesucristo.

Como hijos obedientes, no vivan conforme a las pasiones que tenían antes, en el tiempo de su ignorancia. Al contrario, así como es santo el que los llamó, sean también ustedes santos en toda su conducta, pues la Escritura dice: Sean santos, porque yo, el Señor, soy santo.

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 97

Cantemos al Señor

un canto nuevo.

Cantemos al Señor un canto nuevo, pues ha hecho maravillas. Su diestra y su santo brazo le han dado la victoria.

Cantemos al Señor

un canto nuevo.

El Señor ha dado a conocer su victoria y ha revelado a las naciones su justicia. Una vez más ha demostrado Dios su amor y su lealtad hacia Israel.

Cantemos al Señor

un canto nuevo.

La tierra entera ha contemplado la victoria de nuestro Dios. Que todos los pueblos y naciones aclamen con júbilo al Señor.

Cantemos al Señor

un canto nuevo.

Evangelio

† Lectura del santo Evangelio

según san Marcos (10, 28-31)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Pedro le dijo a Jesús: “Señor, ya ves que nosotros lo hemos dejado todo para seguirte”.

Jesús le respondió: “Yo les aseguro: Nadie que haya dejado casa, o hermanos o hermanas, o padre o madre, o hijos o tierras, por mí y por el Evangelio, dejará de recibir, en esta vida, el ciento por uno en casas, hermanos y hermanas, madres e hijos y tierras, junto con persecuciones, y en el otro mundo, la vida eterna. Y muchos que ahora son los primeros serán los últimos, y muchos que ahora son los últimos, serán los primeros”.

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Reflexion

Pedro en el Evangelio se sitúa entre los que han dejado todo para seguir a Jesús. No era rico sino un esforzado pescador pero su gesto fue muy valioso. Jesús dice entonces que quienes dejaron familia y bienes por El y por la Buena Noticia recibirán el ciento por uno. Quien deja todo para ser discípulo misionero de Jesús sufrirá también persecuciones en el seguimiento pero encontrará en la comunidad cristiana lo necesario para vivir en bienes materiales y afectivos. “En la generosidad de los misioneros se manifiesta la generosidad de Dios, en la gratuidad de los apóstoles aparece la gratuidad del Evangelio” (Documento de Aparecida 31).

Finalmente la Palabra nos enseña que aquellos que creen tener todo no alcanzan la vida y son los últimos, mientras que los que creen en Jesús y lo siguen compartiendo lo que son y lo que tienen encuentran todo en la comunidad cristiana y son los primeros.

lunes, 24 de mayo de 2010

Lectura del Dia

Primera Lectura

Lectura del libro de los Hechos

de los Apóstoles (19, 1-8)

En aquellos días, mientras Apolo estaba en Corinto, Pablo atravesó las regiones altas de Galacia y Frigia y bajó a Efeso. Encontró allí a unos discípulos y les preguntó:

“¿Han recibido el Espíritu Santo, cuando abrazaron la fe?” Ellos respondieron: “Ni siquiera hemos oído decir que exista el Espíritu Santo”.

Pablo replicó: “Entonces, ¿qué bautismo han recibido?” Ellos respondieron: “El bautismo de Juan”.

Pablo les dijo: “Juan bautizó con un bautismo de arrepentimiento, pero advirtiendo al pueblo que debían creer en aquel que vendría después de él, esto es, en Jesús”.

Al oír esto, los discípulos fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús, y cuando Pablo les impuso las manos, descendió el Espíritu Santo y comenzaron a hablar lenguas desconocidas y a profetizar. Eran en total unos doce hombres.

Durante los tres meses siguientes, Pablo frecuentó la sinagoga y habló con toda libertad, disputando acerca del Reino de Dios y tratando de convencerlos.

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 67

Cantemos a Dios

un canto de alabanza. Aleluya.

Cuando el Señor actúa sus enemigos se dispersan y huyen ante su faz los que lo odian; cual se disipa el humo, se disipan; como la cera se derrite al fuego, así ante Dios perecen los malvados.

Cantemos a Dios

un canto de alabanza. Aleluya.

Ante el Señor, su Dios, gocen los justos y salten de alegría. Entonen alabanzas a su nombre. En honor del Señor toquen la cítara.

Cantemos a Dios

un canto de alabanza. Aleluya.

Porque el Señor, desde su templo santo, a huérfanos y viudas da su auxilio; él fue quien dio a los desvalidos casa, libertad y riqueza a los cautivos.

Cantemos a Dios

un canto de alabanza. Aleluya.

Evangelio

† Lectura del santo Evangelio

según san Juan (16, 29-33)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, los discípulos le dijeron a Jesús: “Ahora sí nos estás hablando claro y no en parábolas. Ahora sí estamos convencidos de que lo sabes todo y no necesitas que nadie te pregunte. Por eso creemos que has venido de Dios”.

Les contestó Jesús:

“¿De veras creen? Pues miren que viene la hora, más aún, ya llegó, en que se van a dispersar cada uno por su lado y me dejarán solo. Sin embargo, no estaré solo, porque el Padre está conmigo. Les he dicho estas cosas, para que tengan paz en mí. En el mundo tendrán tribulaciones; pero tengan valor, porque yo he vencido al mundo”.

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Reflexion

Los discípulos perciben que se ha hecho más clara la manera de expresarse de Jesús, la hora se acerca, y ya no se refiere sólo en lenguaje figurado. Lo cierto es que no se encuentran más cerca del verdadero conocimiento que cuando hacían preguntas ingenuas. “¿Ahora creen?” expresa ciertas dudas sobre la fe de los discípulos, su fe aún no es completa, sino que vacilará. Jesús se mantiene sereno porque está seguro de que el Padre no lo abandonará aunque lo hagan sus discípulos.

En el versículo 32 “se dispersarán cada uno por su lado” se puede percibir la predicción del dolor que aguarda a los cristianos dispersos en un mundo hostil. El hecho de que la paz pueda darse junto con el dolor demuestra que no se trata de una paz en el sentido ordinario del mundo; la paz brota de la fe en Jesús y la adhesión a su proyecto; ésta no se gana sin esfuerzo, pues se alcanza a través de la victoria sobre el mundo. Si Jesús venció al mundo, cada discípulo y discípula tendrá que vencerlo también; por consiguiente el mandato a tener ánimo es muy necesario: recuerda a la comunidad que su deber de elegir entre Jesús y el mundo nunca tendrá fin.


sábado, 22 de mayo de 2010

Primera Lectura

Lectura del libro de los Hechos

de los Apóstoles (28, 16-20. 30-31)

En aquellos días, cuando llegamos a Roma, se le permitió a Pablo vivir en una casa particular, con un soldado de guardia. Tres días después de su llegada, convocó a los judíos principales, y una vez reunidos, les dijo:

“Hermanos, sin haber hecho nada en contra de mi pueblo, ni de las tradiciones de nuestros padres, fui preso en Jerusalén y entregado a los romanos. Ellos, después de interrogarme, querían ponerme en libertad, porque no encontraron en mí nada que mereciera la muerte. Pero los judíos se opusieron y tuve que apelar al César, sin pretender por ello acusar a mi pueblo. Por esta razón he querido verlos y hablar con ustedes pues llevo estas cadenas a causa de la esperanza de Israel”.

Dos años enteros pasó Pablo en una casa alquilada; ahí recibía a todos los que acudían a él, predicaba el Reino de Dios y les explicaba la vida de Jesucristo, el Señor, con absoluta libertad y sin estorbo alguno.

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 10

El Señor verá a los justos

con complacencia. Aleluya.

Desde su santo templo allá en el cielo, donde tiene su trono y su morada, los ojos del Señor miran al mundo y examina a los hombres su mirada.

El Señor verá a los justos

con complacencia. Aleluya.

Examina a inocentes y malvados y aborrece al que ama la violencia. Pues es justo el Señor y ama lo justo, a los justos verá con complacencia.

El Señor verá a los justos

con complacencia. Aleluya.

Evangelio

† Lectura del santo Evangelio

según san Juan (21, 20-25)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús dijo a Pedro: “Sígueme”. Pedro, volviendo la cara, vio que iba detrás de ellos el discípulo a quien Jesús amaba, el mismo que en la cena se había reclinado sobre su pecho y le había preguntado: ‘Señor, ¿quién es el que te va a traicionar?’ Al verlo, Pedro le dijo a Jesús: “Señor, ¿qué va a pasar con éste?” Jesús le respondió: “Si yo quiero que éste permanezca vivo hasta que yo vuelva, ¿a ti qué? Tú, sígueme”.

Por eso comenzó a correr entre los hermanos el rumor de que ese discípulo no habría de morir. Pero Jesús no dijo que no moriría, sino: ‘Si yo quiero que permanezca vivo hasta que yo vuelva, ¿a ti qué?’

Ese es el discípulo que atestigua estas cosas y las ha puesto por escrito, y estamos ciertos de que su testimonio es verdadero. Muchas otras cosas hizo Jesús y creo que, si se relataran una por una, no cabrían en todo el mundo los libros que se escribieran.

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Reflexion

Estamos en el final del evangelio de Juan. Jesús dice
a Pedro: "Sígueme". Este al ver al discípulo amado
caminar detrás de él pregunta a Jesús: "Señor, y de
éste, ¿qué?" ¿Pedro está preocupado por la suerte
final de uno de sus compañeros o su pregunta es
sólo curiosidad? La respuesta de Jesús es muy
fuerte parece querer decirle: "deja el destino de los
otros en mis manos".
La llamada al seguimiento exige una respuesta de
testimonio verdadero, de compromiso fidedigno. El
discípulo debe entonces concentrar su corazón, sus
energías, toda su vida en el seguimiento de Jesús.
Ha sido llamado y deberá responder por sí mismo.
De los otros se ocupa el Señor con todo su amor. Se
trata entonces de no desviar la atención, mirando a
los otros, hay que agudizar la mirada en Jesús y
poner los ojos sólo en El, siguiéndolo hasta el final.
El Resucitado nos lleva siempre más allá, en misión,
a escribir con El, las "otras muchas cosas" que no
cabrían en todos los libros escritos en el mundo.