sábado, 1 de mayo de 2010

Lectura del Dia

= Sabado 01 de Mayo, 2010

Cantemos las maravillas del Señor

Nosotros somos el pueblo redimido por Dios

Oremos:

Señor, tú que nos has hecho partícipes de la muerte y resurrección de tu Hijo por medio del bautismo, concédenos vivir de tal manera nuestros compromisos bautismales, que demos frutos abundantes de vida cristiana y podamos llegar a la plenitud del gozo eterno.

Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

Primera Lectura

Lectura del libro de los Hechos

de los Apóstoles (13, 44-52)

El sábado siguiente casi toda la ciudad de Antioquía acudió a oír la palabra de Dios. Cuando los judíos vieron una concurrencia tan grande, se llenaron de envidia y comenzaron a contradecir a Pablo con palabras injuriosas.

Entonces Pablo y Bernabé dijeron con valentía: “La palabra de Dios debía ser predicada primero a ustedes; pero como la rechazan y no se juzgan dignos de la vida eterna, nos dirigiremos a los paganos. Así nos lo ha ordenado el Señor, cuando dijo: Yo te he puesto como luz de los paganos, para que lleves la salvación hasta los últimos rincones de la tierra”.

Al enterarse de esto, los paganos se regocijaban y glorificaban la palabra de Dios, y abrazaron la fe todos aquellos que estaban destinados a la vida eterna.

La palabra de Dios se iba propagando por toda la región. Pero los judíos azuzaron a las mujeres devotas de la alta sociedad y a los ciudadanos principales, y provocaron una persecución contra Pablo y Bernabé, hasta expulsarlos de su territorio.

Pablo y Bernabé se sacudieron el polvo de los pies, como señal de protesta, y se marcharon a Iconio, mientras los discípulos se quedaron llenos de alegría y del Espíritu Santo.

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 97

Cantemos las maravillas

del Señor. Aleluya.

Cantemos al Señor un canto nuevo pues ha hecho maravillas. Su diestra y su santo brazo le han dado la victoria.

Cantemos las maravillas

del Señor. Aleluya.

El Señor ha dado a conocer su victoria y ha revelado a las naciones su justicia. Una vez más ha demostrado Dios su amor y su lealtad hacia Israel.

Cantemos las maravillas

del Señor. Aleluya.

La tierra entera ha contemplado la victoria de nuestro Dios. Que todos los pueblos y naciones aclamen con júbilo al Señor.

Cantemos las maravillas

del Señor. Aleluya.

Evangelio

† Lectura del santo Evangelio

según san Juan (14, 7-14)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Si ustedes me conocen a mí, conocen también a mi Padre. Ya desde ahora lo conocen y lo han visto”.

Le dijo Felipe: “Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta”. Jesús le replicó: “Felipe, tanto tiempo hace que estoy con ustedes, ¿y todavía no me conoces? Quien me ha visto a mí, ha visto al Padre. ¿Entonces por qué dices: ‘Muéstranos al Padre’? ¿O no crees que yo estoy en el Padre y que el Padre está en mí? Las palabras que yo les digo, no las digo por mi propia cuenta. Es el Padre, que permanece en mí, quien hace las obras. Créanme: yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Si no me dan fe a mí, créanlo por las obras.

Yo les aseguro: el que crea en mí, hará las obras que hago yo y las hará aun mayores, porque yo me voy al Padre; y cualquier cosa que pidan en mi nombre, yo la haré para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Yo haré cualquier cosa que me pidan en mi nombre”.

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.


Reflexion

Los discípulos, y ni siquiera todos ellos,
ven en Jesús un enviado, un Mesías que buscan
encajar en las expectativas transmitidas a
través de la Ley y de los profetas. Jesús los
lleva al límite "quien me ve, ve al Padre".
El Padre está presente en Jesús pues él
presenta de manera acabada al Padre y a su
sueño para la humanidad.

Jesús se disgusta. Sus amigos aun no han
comprendido a pesar del tiempo que ya llevan
juntos. Una vez más apela a su praxis de
liberación como testimonio de sí mismo:
"créanlo por las obras", testigos inapelables
de la identificación de Jesús con su Padre.

Esta misma sintonía es la que debe buscar la
comunidad de discípulos y discípulas,
sintonía-comunión con Jesús y su proyecto. La
obra de Jesús deberá ser continuada en nuevas
situaciones pero con el mismo espíritu. La
presencia de Jesús entre los suyos
permanecerá para siempre, el amor del Padre
los acompañará en la misión, los sostendrá en
las luchas y acudirá en su ayuda cuando, en
oración, pidan su intercesión

La continuidad en la praxis liberadora del
Reino queda garantizada en las obras que por
adhesión e identificación con su maestro,
seguirá realizando la comunidad.


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