sábado, 13 de noviembre de 2010

Lectura del día

Primera Lectura

Lectura de la tercera carta

del apóstol san Juan (5-8)

Querido hermano: En todo lo que has hecho por los hermanos, y eso que son forasteros, te has portado como verdadero cristiano. Ellos han elogiado públicamente ante esta comunidad el amor con que los has tratado.

Harás bien en ayudarlos de una manera agradable a Dios con lo que necesitan para su viaje, pues ellos se han puesto en camino por Cristo, sin aceptar nada de los paganos.Debemos, pues, ayudar a esos hermanos nuestros, para que seamos colaboradores en la difusión de la verdad.

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 111

Dichosos los que temen

al Señor.

Dichosos los que temen al Señor y aman de corazón sus mandamientos; poderosos serán sus descendientes. Dios bendice a los hijos de los buenos.

Dichosos los que temen

al Señor.

Fortuna y bienestar habrá en su casa; siempre obrarán conforme a la justicia. Quien es justo, clemente y compasivo, como una luz en las tinieblas brilla.

Dichosos los que temen

al Señor.

Quienes, compadecidos, prestan y llevan su negocio honradamente jamás se desviarán; vivirá su recuerdo para siempre.

Dichosos los que temen

al Señor.

Evangelio

† Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (18, 1-8)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, para enseñar a sus discípulos la necesidad de orar siempre y sin desfallecer, Jesús les propuso esta parábola:

“En cierta ciudad había un juez que no temía a Dios ni respetaba a los hombres. Vivía en aquella misma ciudad una viuda que acudía a él con frecuencia para decirle: ‘Hazme justicia contra mi adversario’.

Por mucho tiempo el juez no le hizo caso, pero después se dijo: ‘Aunque no temo a Dios ni respeto a los hombres, sin embargo, por la insistencia de esta viuda, voy a hacerle justicia para que no me siga molestando’ ”.

Dicho esto, Jesús comentó:

“Si así pensaba el juez injusto, ¿creen acaso que Dios no hará justicia a sus elegidos, que claman a él día y noche, y que los hará esperar? Yo les digo que les hará justicia sin tardar.

Pero, cuando venga el Hijo del hombre, ¿creen que encontrará fe sobre la tierra?”

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Reflexión

La esperanza en Dios es el elemento fundamental que sostiene a muchos pobres y marginados de nuestras sociedades, es la que los mantiene vivos, alegres y dispuestos a seguir luchando por una vida más digna y justa. Sin embargo, las realidades de pobreza extrema, de persecución, de violencia y de muerte se han encargado de ir eliminando en las comunidades esta fuente vital. La viuda representa a todos aquéllos que a pesar de las difíciles condiciones de vida se mantienen firmes en la fe y en la esperanza, pues están convencidos que Dios está de su parte y los acompaña en sus fatigas. El llamado que hace Jesús a la constante oración no tiene que ver con el olvido de nuestra realidad, ni de desentendernos del compromiso que tenemos como cristianos de ir construyendo en el ahora un mundo más fraterno y solidario; la oración nos mantiene unidos a la esperanza mayor: El Dios de la Vida; nos mantiene firmes en la fe y animados en la esperanza del reino. La tarea hoy es fortalecer nuestra fe en Dios; en ese Dios que siente el dolor de su pueblo; un Dios que no respalda la injusticia y la muerte.

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