lunes, 18 de octubre de 2010

Lectura del día

Primera Lectura

Lectura de la carta del apóstol

san Pablo a los efesios (3, 14-21)

Hermanos: Me arrodillo ante el Padre, de quien procede toda paternidad en el cielo y en la tierra, para que, conforme a los tesoros de su bondad, les conceda que su Espíritu los fortalezca interiormente y que Cristo habite por la fe en sus corazones. Así, arraigados y cimentados en el amor, podrán comprender con todo el pueblo de Dios, la anchura y la longitud, la altura y la profundidad del amor de Cristo, y experimentar ese amor que sobrepasa todo conocimiento humano, para que así queden ustedes colmados con la plenitud misma de Dios.

A él, que, con su poder que actúa eficazmente en nosotros, puede hacer infinitamente más de lo que le pedimos o entendemos, le sea dada la gloria en la Iglesia y en Cristo Jesús, por todas las edades y por todos los siglos. Amén.

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 32

Dichoso el pueblo

escogido por Dios.

Que los justos aclamen al Señor; es propio de los justos alabarlo. Demos gracias a Dios, al son del arpa, que la lira acompañe nuestros cantos.

Dichoso el pueblo

escogido por Dios.

Sincera es la palabra del Señor y todas sus acciones son leales. El ama la justicia y el derecho, la tierra llena está de sus bondades.

Dichoso el pueblo

escogido por Dios.

Los proyectos de Dios duran por siempre; los planes de su amor, todos los siglos. Feliz la nación cuyo Dios es el Señor; dichoso el pueblo que escogió por suyo.

Dichoso el pueblo

escogido por Dios.

Cuida el Señor de aquellos que lo temen y en su bondad confían; los salva de la muerte y en épocas de hambre les da vida.

Dichoso el pueblo

escogido por Dios.

Evangelio

Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (12, 49-53)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “He venido a traer fuego a la tierra, ¡y cuánto desearía que ya estuviera ardiendo! Tengo que recibir un bautismo ¡y cómo me angustio mientras llega!

¿Piensan acaso que he venido a traer paz a la tierra? De ningún modo. No he venido a traer la paz, sino la división. De aquí en adelante, de cinco que haya en una familia, estarán divididos tres contra dos y dos contra tres. Estará dividido el padre contra el hijo, el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra’’.

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.
Reflexión

El mensaje del evangelio hoy está caracterizado por una riqueza simbólica: fuego, bautismo y guerra. El fuego del que habla Jesús indica la acción de Dios por clarificar las conciencias de sus hijos y posibilitarles sabiduría para distinguir entre lo infame y lo verdaderamente auténtico. La alusión de Jesús sobrepasar por un bautismohace referencia a la pasión y al martirio, realidades ineludibles de su misión. La mención de la guerra nos señala que aun en medio de situaciones violentas Jesús llama a la reconciliación y al perdón. En este sentido, la paz no puede conseguirse a cualquier costo. Su intención no es apoyar el orden establecido de la opresión, sino exigirnos una opción: o estamos de parte del Reino de Dios, o con los poderosos. Seguir a Jesús, con estas exigencias, implica tomar una decisión que nos debe llevar a opciones radicales. La obediencia de Jesús a la voluntad de Padre, que lo llevó a transitar por los áridos caminos del conflicto, la pasión y el martirio, demandan maduración a sus discípulos, profetas y apóstoles para estar en constante discernimiento de los signos del reino de Dios en la historia, desnudando y denunciando los signos catastróficos de los imperios opresores.

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