jueves, 7 de octubre de 2010

Lectura del día

Primera Lectura

Lectura del libro de del apóstol

san Pablo a los Gálatas (3, 1-5 )

¿Recibisteis el Espíritu por observar la ley, o por haber respondido a la fe?

¡Insensatos gálatas! ¿Quién os ha embrujado?

¡Y pensar que ante vuestros ojos presentamos la figura de Jesucristo en la cruz! Contestadme a una sola pregunta: ¿recibisteis el Espíritu por observar la ley, o por haber respondido a la fe?

¿Tan estúpidos sois? ¡Empezasteis por el espíritu para terminar con la carne! ¡Tantas magníficas experiencias en vano! Si es que han sido en vano. Vamos a ver: Cuando Dios os concede el Espíritu y obra prodigios entre vosotros, ¿por qué lo hace? ¿Porque observáis la ley, o porque respondéis a la fe?

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Lucas 1

El Señor se acordó

de su misericordia.

Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu se llena de júbilo en Dios, mi salvador, porque puso sus ojos en la humildad de su esclava.

El Señor se acordó

de su misericordia.

Desde ahora me llamarán dichosa todas las generaciones, porque ha hecho en grandes cosas el que todo lo puede. Santo es su nombre.

El Señor se acordó

de su misericordia.

Su misericordia llega de generación en generación a los que lo temen. A los hambrientos los colmó de bienes y a los ricos los despidió sin nada.

El Señor se acordó

de su misericordia.

Acordándose de su misericordia, vino en ayuda de Israel, su siervo, como lo había prometido a nuestros padres, a Abraham y a su descendencia, para siempre.

El Señor se acordó

de su misericordia.

Evangelio

Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (11, 5-13 )

Gloria a ti, Señor.

Pedid y se os dará

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: "Si alguno de vosotros tiene un amigo y viene a medianoche para decirle: "Amigo, préstame tres panes, pues uno de mis amigos ha venido de viaje y no tengo nada que ofrecerle", y, desde dentro, el otro le responde: "No me molestes; la puerta está cerrada, mis niños y yo estamos acostados; no puedo levantarme para dártelos". Si el otro insiste llamando, yo os digo que, si no se levanta y se los da por ser amigo suyo, al menos por la importunidad se levantará y le dará cuanto necesite.

Pues así os digo a vosotros: Pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá; porque quien pide, recibe; quien busca, halla, y al que llama, se le abre. ¿Qué padre entre vosotros, cuando el hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pez, le dará una serpiente? ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión? Si vosotros, pues, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¿cuanto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo piden?"

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.
Reflexión

El evangelio de hoy nos pone de cara a la necesidad de perseverar en la oración. La invitación que hace Dios a la persona humana es clara: tomar conciencia de la misericordia y disposición de Él para responder a las demandas de sus hijos en el arduo proyecto de seguir posibilitando su reinando en el mundo de los seres humanos. Dios ha prometido en su designio salvífico que dará cosas buenas a los discípulos de su hijo Jesús. Por tanto, como respuesta a la oración de la comunidad creyente, que desea vivir, orar, practicar y compartir el mismo destino del Mesías, Dios les otorga los dones del Espíritu Santo: valentía, fortaleza, testimonio, capacidad de servicio, perseverancia, para hacer del evangelio una realidad viva y eficaz. Las palabras de Jesús nos enfocan en lo realmente importante en nuestra vida de oración: la búsqueda incesante e incansable delreino de Dios y su justicia”. Esta búsqueda, nos exige que, desde nuestras aspiraciones, desde nuestros más profundos proyectos compartidos, cultivemos una verdadera relación con Dios, su padre, manifestado en él, sin olvidarnos que dicha relación no puede estar separada de la misericordia con los demás seres humanos que se relacionan con Él.

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