sábado, 5 de junio de 2010

Lectura del Dia

Primera Lectura

Lectura de la segunda carta

del apóstol san Pablo a

Timoteo (4, 1-8)

Querido hermano: En presencia de Dios y de Cristo Jesús, que ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos, te pido encarecidamente, por su advenimiento y por su Reino, que anuncies la palabra; insiste a tiempo y a destiempo; convence, reprende y exhorta con toda paciencia y sabiduría.

Porque vendrá un tiempo en que los hombres no soportarán la doctrina sana, sino que, arrastrados por sus propias pasiones, se rodearán de maestros que les halaguen el oído; se harán sordos a la verdad y sólo escucharán las fábulas.

Tú, en cambio, sé siempre prudente, soporta los sufrimientos, cumple tu trabajo de evangelizador y desempeña a la perfección tu ministerio.

Para mí ha llegado la hora del sacrificio y se acerca el momento de mi partida. He luchado bien en el combate, he corrido hasta la meta, he perseverado en la fe. Ahora sólo espero la corona merecida, con la que el Señor, justo juez, me premiará en aquel día, y no solamente a mí, sino a todos aquellos que esperan con amor su glorioso advenimiento.

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 70

Mi boca, Señor,

anunciará siempre tu salvación.

Mis labios no han cesado de alabarte y pregonan tu gloria todo el día. Señor, en la vejez no me rechaces ni me abandones, falto de energías.

Mi boca, Señor,

anunciará siempre tu salvación.

En ti, Señor, yo seguiré confiando, y más y más te alabará mi boca. Yo proclamaré siempre tu justicia y a todas horas, tu misericordia.

Mi boca, Señor,

anunciará siempre tu salvación.

Tus hazañas, Señor, alabaré; diré a todos que sólo tú eres justo. Me enseñaste a alabarte desde niño y seguir alabándote es mi orgullo.

Mi boca, Señor,

anunciará siempre tu salvación.

La lealtad del Señor para conmigo celebrará mi lira. Al Santo de Israel, a ti, Dios mío, cantaré con mi cítara.

Mi boca, Señor,

anunciará siempre tu salvación.

Evangelio

† Lectura del santo Evangelio

según san Marcos (12, 38-44)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, enseñaba Jesús a la multitud y le decía:

“¡Cuidado con los escribas! Les encanta pasearse con amplios ropajes y recibir reverencias en las calles; buscan los asientos de honor en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes; se echan sobre los bienes de las viudas haciendo ostentación de largos rezos. Estos recibirán un castigo muy riguroso”.

En una ocasión Jesús estaba sentado frente a las alcancías del templo, mirando cómo la gente echaba allí sus monedas. Muchos ricos daban en abundancia. En esto, se acercó una viuda pobre y echó dos moneditas de muy poco valor. Llamando entonces a sus discípulos, Jesús les dijo: “Yo les aseguro que esa pobre viuda ha echado en la alcancía más que todos. Porque los demás han echado de lo que les sobraba; pero ésta, en su pobreza ha echado todo lo que tenía para vivir”.

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Reflexion

El escenario del evangelio de hoy, habla de la realidad que vive el pueblo de Israel en relación al templo, las viudas y los letrados. Jesús pone como modelo y ejemplo la humilde ofrenda de la viuda, que carga la triple condición de ser excluida; es mujer, es viuda y es pobre. Sin embargo su ofrenda es entregada desde la precariedad de su vida, no da lo que le sobra ni lo que no necesita, da desde la pureza del corazón, que a pesar de sentirse excluida de la sociedad, deposita sólo en Dios su confianza. Esta imagen se opone a la de los escribas, doctores de la ley y de los poderosos de su tiempo, que ostentaban dar grandes ofrendas en el templo. Esto, es lo que critica Jesús, poner la ley y el templo sobre la misericordia, poner la confianza en el dinero sobre la solidaridad. La llamada para hoy, es no continuar viviendo de las apariencias, del qué dirán, sino en sencillez y autenticidad. Debemos oponernos radicalmente, a aquello que hoy también vemos en nuestra sociedad, instituciones y personas que aparentan y lucran con ostentosas obras de caridad para obtener beneficios y reconocimiento social y político.


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