jueves, 3 de febrero de 2011

Lectura del día

Primera Lectura

Lectura de la carta a los

hebreos (12, 18-19. 21-24)

Hermanos: Cuando ustedes se acercaron a Dios, no encontraron nada material, como en el Sinaí: ni fuego ardiente, ni oscuridad, ni tinieblas, ni huracán, ni estruendo de trompetas, ni palabras pronunciadas por aquella voz que los israelitas no querían volver a oír nunca.

En efecto, tan terrible era aquel espectáculo, que el mismo Moisés exclamó: ¡Estoy aterrorizado y tiemblo! Ustedes, en cambio, se han acercado a Sión, el monte y la ciudad del Dios viviente, a la Jerusalén celestial, a la reunión festiva de miles y miles de ángeles, a la asamblea de los primogénitos, cuyos nombres están escritos en el cielo. Se han acercado a Dios, que es el juez de todos los hombres, y a los espíritus de los justos que alcanzaron la perfección. Se han acercado a Jesús, el mediador de la nueva alianza, cuya sangre derramada es más elocuente que la de Abel.

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.


Salmo Responsorial Salmo 47

Recordamos, Señor,

tu gran amor.

Grande es el Señor y muy digno de alabanza, en la ciudad de nuestro Dios. Su monte santo, altura hermosa, es la alegría de toda la tierra.

Recordamos, Señor,

tu gran amor.

El monte Sión, en el extremo norte, es la ciudad del rey supremo. Entre sus baluartes ha surgido Dios como una fortaleza inexpugnable.

Recordamos, Señor,

tu gran amor.

Lo que habíamos oído, lo hemos visto en la ciudad del Dios de los ejércitos, en la ciudad de nuestro Dios, fundada para siempre por Dios mismo.

Recordamos, Señor,

tu gran amor.

Recordamos, Señor, tu gran amor en medio de tu templo. Tu renombre, Señor, y tu alabanza llenan el mundo entero.

Recordamos, Señor,

tu gran amor.


Evangelio

† Lectura del santo Evangelio

según San Marcos (6, 7-13)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, llamó Jesús a los Doce, los envió de dos en dos y les dio poder sobre los espíritus inmundos. Les mandó que no llevaran nada para el camino: ni pan, ni mochila, ni dinero en el cinto, sino únicamente un bastón, sandalias y una sola túnica.

Y les dijo: “Cuando entren en una casa, quédense en ella hasta que se vayan de ese lugar. Si en alguna parte no los reciben ni los escuchan, al abandonar ese lugar, sacúdanse el polvo de los pies, como una advertencia para ellos”.

Los discípulos se fueron a predicar el arrepentimiento. Expulsaban a los demonios, ungían con aceite a los enfermos y los curaban.

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.



Reflexión

Luego de haber instituido a los Doce, Jesús envía a sus discípulos. Marcos describe este envío de una manera muy detallada, en la que cada instrucción tiene un significado profundo en todo tiempo y lugar. Una primera instrucción relevante es que deben ir “de dos en dos”, lo cual expresa que los que anuncian la Buena Nueva necesitan de la compañía, la integración y la escucha de otros para compartir la experiencia y el trabajo, para poder dar un verdadero testimonio del Señor. Una segunda instrucción que llama la atención es que los discípulos no deben llevar “ni pan, ni alforja, ni dinero”; deben ir con las manos libres, tal como vivió Jesús, quien fue libre para servir y amar a sus hermanos. Este texto invita entonces a todos los que conformamos la Iglesia de Jesús a redescubrir que la misión se realiza en comunidad, en donde todos participamos (laicos, pastores, sacerdotes, religiosos, grupos apostólicos, etc.), y que el testimonio más fiel de la Buena Nueva es el estilo de vida, caracterizado por su sencillez y humildad.


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