miércoles, 22 de junio de 2011

Lectura del Día

Primera Lectura

Lectura del libro del Génesis

(15, 1-12. 17-18)

En aquel tiempo, el Señor se le apareció a Abram y le dijo:

“No temas, Abram. Yo soy tu protector, y tu recompensa será muy grande”. Abram le respondió: “Señor, Señor mío, ¿qué me vas a poder dar, puesto que voy a morir sin hijos? Ya que no me has dado descendientes, un criado de mi casa será mi heredero”.

Pero el Señor le dijo: “Ese no será tu heredero, sino uno que saldrá de tus entrañas”. Y haciéndolo salir de la casa, le dijo: “Mira el cielo y cuenta las estrellas, si uedes”. Luego añadió: “Así será tu descendencia”.

Abram creyó lo que el Señor le decía y, por esa fe, el Señor lo tuvo por justo. Entonces le dijo:

Yo soy el Señor, el que te sacó de Ur, ciudad de los caldeos, para entregarte en posesión esta tierra”. Abram replicó: “Señor Dios, ¿cómo sabré que voy a poseerla?” Dios le dijo: “Tráeme una ternera, una cabra y un carnero, todos de tres años; una tórtola y un pichón”.

Tomó Abram aquellos animales, los partió por la mitad y puso las mitades una enfrente de la otra, pero no partió las aves. Pronto comenzaron los buitres a descender sobre los cadáveres y Abram los ahuyentaba.

Estando ya para ponerse el sol, Abram cayó en un profundo letargo, y un terror intenso y misterioso se apoderó de él. Cuando se puso el sol, hubo densa oscuridad y sucedió que un brasero humeante y una antorcha encendida, pasaron por entre aquellos animales partidos.

De esta manera hizo el Señor, aquel día, una alianza con Abram, diciendo:

“A tus descendientes doy esta tierra, desde el río de Egipto hasta el gran río Eufrates”.

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 104

El Señor nunca olvida

sus promesas.

Aclamen al Señor y denle gracias, canten sus maravillas a los pueblos. Entonen en su honor himnos y cantos y celebren sus portentos.

El Señor nunca olvida

sus promesas.

Del nombre del Señor enorgullézcanse y siéntase feliz el que lo busca. Recurran al Señor y a su poder, y a su presencia acudan.

El Señor nunca olvida

sus promesas.

Descendientes de Abraham, su servidor; estirpe de Jacob, su predilecto, escuchen: el Señor es nuestro Dios y gobiernan la tierra sus decretos.

El Señor nunca olvida

sus promesas.

Ni aunque transcurran mil generaciones, se olvidará el Señor de sus promesas, de la alianza pactada con Abraham, del juramento a Isaac, que un día le hiciera.

El Señor nunca olvida

sus promesas.

Aclamación antes del evangelio

Aleluya, aleluya,

Permanezcan en y yo en ustedes, dice el Señor; el que permanece en da fruto abundante,

Aleluya.

Evangelio

Lectura del santo Evangelio

según san Mateo (7, 15-20)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Cuidado con los falsos profetas. Se acercan a ustedes disfrazados de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conocerán. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los cardos?

Todo árbol bueno da frutos buenos y el árbol malo da frutos malos. Un árbol bueno no puede producir frutos malos y un árbol malo no puede producir frutos buenos. Todo árbol que no produce frutos buenos es cortado y arrojado al fuego. Así que por sus frutos los conocerán”.

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Reflexión

En la comunidad todo árbol (persona) que no buenos frutos será cortado. En nuestro mundo estamosllenos de espinos y lobos rapaces, y nuestras comunidades cristianas no son excepción. Pero, ¿cómoidentificar a esas personas? Por sus frutos los conocerán. Quien hace las cosas sólo por ser reconocido,quien muestra intereses egoístas frente al hermano, quien quiere ser siempre el primero, el mandamás, y no se pone a servir desinteresadamente a los demás, ése no es de Cristo, porque él nos enseñó que la vida de un verdadero hijo de Dios es estar siempre dispuesto a servir sin ningún interés, haciendo presente el Reinoen medio de todos. Dar frutos buenos no es más que amar y servir a la comunidad, a la humanidad. Al queama no le cuesta dar esos frutos; es más, los expresa espontáneamente con su testimonio de vida, con elcariño desinteresado. Son valores que tenemos que ir rescatando en nuestro ser como cristianos, y seguirtrabajando para que en el mundo sean erradicados el odio y la violencia. Esos son frutos imprescindiblespara hacer presente el Reino en medio de todos

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