sábado, 28 de mayo de 2011

Lectura del Día

Primera Lectura

Lectura del libro de los Hechos

de los Apóstoles (16, 1-10)

En aquellos días, Pablo fue a Derbe y luego a Listra. Había allí un discípulo, llamado Timoteo, hijo de padre griego y de madre judía cristiana. Timoteo gozaba de muy buena fama entre los hermanos de Listra e Iconio. Pablo quiso llevarlo consigo y lo circuncidó, en atención a los judíos de aquellas regiones, pues todos sabían que su padre era pagano.

En todas las ciudades por donde iban pasando, daban a conocer las decisiones tomadas por los apóstoles y los presbíteros de Jerusalén, para que las pusieran en práctica. De esta manera las comunidades cristianas se fortalecían en la fe y el número de creyentes aumentaba cada día más.

Como el Espíritu Santo les había prohibido predicar la palabra en la provincia de Asia, Pablo y Timoteo atravesaron Frigia y Galacia.

Al llegar a los límites de Misia, se propusieron ir a Bitinia, pero el Espíritu de Jesús no se lo permitió. Entonces atravesaron Misia y llegaron a Tróade. Por la noche, Pablo tuvo una aparición:

vio a un macedonio, que de pie ante él, le rogaba: “¡Ven a Macedonia y ayúdanos!” Después de esta visión, determinamos salir para Macedonia, convencidos de que Dios nos llamaba a predicar allí el Evangelio.

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 99

El Señor es nuestro Dios

y nosotros su pueblo. Aleluya.

Alabemos a Dios todos los hombres, sirvamos al Señor con alegría y con júbilo entremos en su templo.

El Señor es nuestro Dios

y nosotros su pueblo. Aleluya.

Reconozcamos que el Señor es Dios, que él fue quien nos hizo y somos suyos, que somos su pueblo y su rebaño.

El Señor es nuestro Dios

y nosotros su pueblo. Aleluya.

Porque el Señor es bueno, bendigámoslo, porque es eterna su misericordia y su fidelidad nunca se acaba.

El Señor es nuestro Dios

y nosotros su pueblo. Aleluya.

Evangelio

Lectura del santo Evangelio

según san Juan (15, 18-21)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Si el mundo los odia, sepan que me ha odiado a antes que a ustedes. Si fueran del mundo, el mundo los amaría como cosa suya; pero el mundo los odia porque no son del mundo, pues al elegirlos, yo los he separado del mundo.

Acuérdense de lo que les dije: ‘El siervo no es superior a su señor’. Si a me han perseguido, también a ustedes los perseguirán, y el caso que han hecho de mis palabras lo harán de las de ustedes. Todo esto se lo van a hacer por mi causa, pues no conocen a aquel que me envió”.

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Reflexión

Jesús demuestra su amor y su amistad con los suyos incluso previniéndoles sobre lo que les sucederá por ser sus amigos; y no vaticina para ellos un futuro “color de rosa”; todo lo contrario, el amor que Jesús ha prodigado al mundo ha sido rechazado con odio y con violencia, y, de igual modo, sus seguidores correrán también el mismo destino. Sin embargo, Jesús no siente amargura, ni les transmite esta verdad de un modo pesimista, para desanimarlos; al contrario, en el rechazo, en la persecución, en la contradicción, está la alegría de saber que se está siendo fiel al querer de Dios; es la constatación de que las palabras y las acciones no se acomodan -no se pueden acomodar-, al modo de ser de un mundo injusto, discriminatorio y excluyente. El rechazo al amor no esgratuitoniporque ”: Es porque las acciones del amor dejan al desnudo las obras del mal y del egoísmo y hacen que quienes pretenden aparecer como buenos y grandes señores, resulten ser realmente los autores y promotores del mal.

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