jueves, 17 de marzo de 2011

Lectura del día


Primera Lectura

Lectura del libro de Ester

(4, 17n.p-r.aa-bb.gg-hh)

En aquellos días, la reina Ester, ante el mortal peligro que amenazaba a su pueblo, buscó refugio en el Señor y se postró en tierra con sus esclavas, desde la mañana hasta el atardecer.Entonces suplicó al Señor, diciendo: Dios de Abraham, Dios de Isaac, Dios de Jacob, ¡bendito seas! Protégeme, porque estoy sola y no tengo más defensor que , Señor, y voy ajugarme la vida.

Señor, yo , por los libros que nos dejaron nuestros padres, que siempre salvas a los que te son fieles. Ayúdame ahora a , porque no tengo a nadie más que a ti, Señor y Dios mío.

Ayúdame, Señor, pues estoy desamparada. Pon en mis labios palabras acertadas, cuando esté en presencia del león y haz que yo le agrade, para que su corazón se vuelva en contra denuestro enemigo, para ruina de éste y de sus cómplices.

Con tu poder, Señor, líbranos de nuestros enemigos. Convierte nuestro llanto en alegría y haz que nuestros sufrimientos nos obtengan la vida”.

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.



Salmo Responsorial Salmo 137

De todo corazón te damos gracias, Señor.

De todo corazón te damos gracias, Señor, porque escuchaste nuestros ruegos. Te cantaremos delante de tus ángeles, te adoraremos en tu templo.

De todo corazón

te damos gracias, Señor.

Señor, te damos gracias por tu lealtad y por tu amor: siempre que te invocamos nos oíste y nos llenaste de valor.

De todo corazón

te damos gracias, Señor.

Que todos los reyes de la tierra te reconozcan, al escuchar tus prodigios. Que alaben tus caminos, porque tu gloria es inmensa.

De todo corazón

te damos gracias, Señor.

Tu mano, Señor, nos pondrá a salvo, y así concluirás en nosotros tu obra. Señor, tu amor perdura eternamente; obra tuya soy, no me abandones.

De todo corazón

te damos gracias, Señor.



Evangelio

Lectura del santo Evangelio

según san Mateo (7, 7-12)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Pidan y se les dará; busquen y encontrarán; toquen y se les abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que toca,se le abre.

¿Hay acaso entre ustedes alguno que le una piedra a su hijo, si éste le pide pan? Y si le pide pescado, ¿le dará una serpiente? Si ustedes, a pesar de ser malos, saben dar cosasbuenas a sus hijos, con cuanto mayor razón el Padre, que está en los cielos, dará cosas buenas a quienes se las pidan.

Traten a los demás como quieren que ellos los traten a ustedes. En esto se resumen la ley y los profetas”.

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.



Reflexión


Corre por internet el cuento del niño que gritó en la montaña: “Estúpido” y el eco le repitió “Estúpido”. El padre le explicó al niño que la vida es como el eco, y lo invitó a gritar cosas agradables: “Te quiero”, gritó el niño, y el eco repitió: “Te quiero”. -- Esta catequesis del evangelio de hoy sobre la oración parece no hallar lugar en nuestras vidas. ¿Por qué necesita Dios que le pidamos si él ya sabe lo que necesitamos? Porque la oración es en nuestras manos la herramienta que nos educa para hablar con nuestro Padre. Y es la herramienta que Él tiene en sus manos para educarnos en su amistad. No tenemos más que ver a los niños malcriados a quienes nunca se les negó nada, para darnos cuenta del bien que nos hace la oración de súplica sencilla, confiada y agradecida. Esta enseñanza de Jesús termina con la llamada “Regla de oro”: “Traten a los demás como quieren que los demás les traten”. El curioso dinamismo del eco. Y con esto, Jesús resumió sencillamente todos los libros del Antiguo Testamento.

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