lunes, 4 de abril de 2011

Lectura del día

Primera Lectura

Lectura del libro del profeta

Isaías (65, 17-21)

Esto dice el Señor: “Voy a crear un cielo nuevo y una tierra nueva; ya no recordaré lo pasado, lo olvidaré de corazón. Se llenarán ustedes de gozo y de perpetua alegría por lo que voy a crear: Convertiré aJerusalén en júbilo y a mi pueblo en alegría.

Me alegraré por Jerusalén y me gozaré por mi pueblo. Ya no se oirán en ella gemidos ni llantos. Ya no habrá niños que vivan pocos días, ni viejos que no colmen sus años y al que no los alcance se le tendrápor maldito.

Construirán casas y vivirán en ellas, plantarán viñas y comerán sus frutos”.

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.


Salmo Responsorial Salmo 29

Te alabaré, Señor,

eternamente.

Te alabaré, Señor, pues no dejaste que se rieran de mis enemigos. , Señor, me salvaste de la muerte y a punto de morir, me reviviste.

Te alabaré, Señor,

eternamente.

Alaben al Señor quienes lo aman, den gracias a su nombre, porque su ira dura un solo instante y su bondad, toda la vida. El llanto nos visita por la tarde; por la mañana, el júbilo.

Te alabaré, Señor,

eternamente.

Escúchame, Señor, y compadécete; Señor, ven en mi ayuda. Convertiste mi duelo en alegría, te alabaré por eso eternamente.

Te alabaré, Señor,

eternamente.


Evangelio

Lectura del santo Evangelio

según san Juan (4, 43-54)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús salió de Samaria y se fue a Galilea. Jesús mismo había declarado que a ningún profeta se le honra en su propia patria. Cuando llegó, los galileos lo recibieron bien, porque habían vistotodo lo que él había hecho en Jerusalén durante la fiesta, pues también ellos habían estado allí.

Volvió entonces a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino. Había allí un funcionario real, que tenía un hijo enfermo en Cafarnaúm. Al oír éste que Jesús había venido de Judea a Galilea, fue averlo y le rogó que fuera a curar a su hijo, que se estaba muriendo.

Jesús le dijo: “Si no ven ustedes señales y prodigios, no creen”. Pero el funcionario del rey insistió: “Señor, ven antes de que mi muchachito muera”.

Jesús le contestó:

Vete, tu hijo ya está sano”.

Aquel hombre creyó en la palabra de Jesús y se puso en camino. Cuando iba llegando, sus criados le salieron al encuentro para decirle que su hijo ya estaba sano.

El les preguntó a qué hora había empezado la mejoría. Le contestaron: “Ayer, a la una de la tarde, se le quitó la fiebre”. El padre reconoció que a esa misma hora Jesús le había dicho: ‘Tu hijo ya está sano’, y creyó con todos los de su casa.

Esta fue la segunda señal milagrosa que hizo Jesús al volver de Judea a Galilea.

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.



Reflexión



¡Qué bello el sueño de Dios: “Mirad, yo voy a crear un cielo nuevo y una tierra nueva!” Pero ¡qué lejos nos hemos quedado de la utopía soñadora de Dios! Si fallamos nosotros, en nuestra colaboración creativa, el sueño de Dios se viene abajo.

Para el éxito de Dios tenemos que comprometernos con gestos concretos, como Jesús en el evangelio: La curación del hijo del funcionario romano. Con sólo su palabra, Jesús cura a distancia; a un extranjero, a un pagano. Jesús rompe fronteras y sumisiones a leyes e instituciones anquilosadas. Ante el rechazo y la incomprensión de los jefes religiosos, Jesús cambia su programa. El episodio anuncia el modo cómoJesús va a emprender su tarea de salvación. En lo sucesivo irá en busca del ser humano necesitado de vida.

La Palabra que es Jesús ha propuesto el cambio de relación entre Dios y el ser humano, con la desaparición de las antiguas instituciones, sustituidas por su persona: comienza la nueva época de la humanidad, un cielo nuevo y una tierra nueva. ¿Qué papel habremos de jugar nosotros, con Jesús, en esta nueva creación?


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