sábado, 2 de abril de 2011

Lectura del día

Primera Lectura

Lectura del libro del profeta

Oseas (6, 1-6)

Esto dice el Señor: “En su aflicción, mi pueblo me buscará y se dirán unos a otros: ‘Vengan, volvámonos al Señor; él nos ha desgarrado y él nos curará; él nos ha herido y él nos vendará. En dos díasnos devolverá la vida, y al tercero, nos levantará y viviremos en su presencia.

Esforcémonos por conocer al Señor; tan cierta como la aurora es su aparición y su juicio surge como la luz; bajará sobre nosotros como lluvia temprana, como lluvia de primavera que empapa la tierra’.

¿Qué voy a hacer contigo, Efraín? ¿Qué voy a hacer contigo, Judá? Su amor es nube mañanera, es rocío matinal que se evapora. Por eso los he azotado por medio de los profetas y les he dado muerte conmis palabras. Porque yo quiero misericordia y no sacrificios, conocimiento de Dios, más que holocaustos”.

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.


Salmo Responsorial Salmo 50

Misericordia quiero,

no sacrificios, dice el Señor.

Por tu inmensa compasión y misericordia, Señor, apiádate de y olvida mis ofensas. Lávame bien de todos mis delitos, y purifícame de mis pecados.

Misericordia quiero,

no sacrificios, dice el Señor. , Señor, no te complaces en los sacrificios y si te ofreciera un holocausto, no te agradaría. Un corazón contrito te presento, y a un corazón contrito, nuncalo desprecias.

Misericordia quiero,

no sacrificios, dice el Señor.

Señor, por tu bondad, apiádate de Sión, edifica de nuevo sus murallas. Te agradarán entonces los sacrificios justos, ofrendas y holocaustos.

Misericordia quiero,

no sacrificios, dice el Señor.


Evangelio

Lectura del santo Evangelio según san Lucas (18, 9-14)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús dijo esta parábola sobre algunos que se tenían por buenos y despreciaban a los demás: “Dos hombres subieron al templo para orar: uno era fariseo y el otro, publicano. El fariseo,erguido, oraba así en su interior: ‘Dios mío, te doy gracias porque no soy como los demás hombres: ladrones, injustos y adúlteros; tampoco soy como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago eldiezmo de todas mis ganancias’.

El publicano, en cambio, se quedó lejos y no se atrevía a levantar los ojos al cielo. Lo único que hacía era golpearse el pecho, diciendo: ‘Dios mío, apiádate de , que soy un pecador’. Pues bien, yo lesaseguro que éste bajó a su casa justificado y aquél no; porque todo el que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido”.

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.



Reflexión


Los “fariseos” de ahora, ¡qué parecidos son a los de antes! “Se sienten seguros de mismos y desprecian a los demás”. Son así, ¿por qué? Por las posesiones multiplicadas, por las cuentas bancarias abultadas,por la ambición y el poder político, por los títulos académicos acumulados. Desde ahí nace la ostentación, la altanería, y naturalmente el desprecio de los demás. El evangelio de hoy nos dice: ¡No! Ante Dios nopodemos llegar con orgullo, haciendo alarde de nuestras capacidades mundanas, despreciando a los que tienen menos. Es preciso reconocer ante y ante Dios nuestra pequeñez, y que estamos dispuestos atransformarnos y a hacer el bien, multiplicando solidaridad, construyendo igualdad, demostrando con gestos visibles y concretos fraternidad. Jesús sabía muy bien que, para que acaeciera el Reino, Dios habíaelegido a los pequeños. Y desde esa pequeñez, pobreza y humildad, nacían las expresiones más bellas de solidaridad y de entrega. Desde lo pequeño es como él actuará en la historia. Por eso, al arrogante lohumillará; mientras que al humilde lo exaltará. ¿Eres arrogante? ¿O bien eres humilde?

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