martes, 6 de julio de 2010

Lectura del Dia

Primera Lectura

Lectura del libro del profeta

Oseas (8, 4-7. 11-13)

Esto dice el Señor: “Han nombrado reyes sin contar conmigo, han escogido príncipes sin saberlo yo. Con su oro y su plata se han hecho ídolos, para su perdición. Tu becerro, Samaria, es repulsivo y mi ira arde contra él. ¿Hasta cuándo serán incapaces de purificarse los hijos de Israel? Un artesano ha hecho ese becerro, que no es Dios, por eso quedará hecho trizas.

Siembran vientos y cosecharán tempestades; su trigo no dará espigas, no producirá harina su grano, y si la produce, los extranjeros se la comerán.

Efraín ha construido multitud de altares, y sólo le han servido para pecar. Aunque yo les escribiera todas mis leyes, las ignorarían como si fueran de un extraño. Aunque inmolen víctimas en mi honor y coman su carne, no me dan gusto, pues tengo presentes sus culpas y castigaré sus pecados.

Por eso volverán a la esclavitud”.

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial

Salmo 113

Nosotros confiamos

en el Señor.

Nuestro Dios está en el cielo y él ha hecho todo lo que quiso. En cambio, los ídolos de los paganos son oro y plata, son dioses hechos por artesanos.

Nosotros confiamos

en el Señor.

Tienen boca, pero no hablan; tienen ojos, pero no ven; tienen orejas, pero no oyen; tienen nariz, pero no huelen.

Nosotros confiamos

en el Señor.

Tienen manos, pero no tocan; tienen pies, pero no andan. Que sean como ellos quienes los hacen y cuantos confían en ellos.

Nosotros confiamos

en el Señor.

Los hijos de Israel confían en el Señor: él es su auxilio y su escudo; los hijos de Aarón confían en el Señor: él es su auxilio y su escudo.

Nosotros confiamos

en el Señor

Evangelio

† Lectura del santo Evangelio

según san Mateo (9, 32-38)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, llevaron ante Jesús a un hombre mudo, que estaba poseído por el demonio. Jesús expulsó al demonio y el mudo habló. La multitud, maravillada, decía: “Nunca se había visto nada semejante en Israel”.

Pero los fariseos decían:

“Expulsa a los demonios por autoridad del príncipe de los demonios”.

Jesús recorría todas las ciudades y los pueblos, enseñando en las sinagogas, predicando el Evangelio del Reino y curando toda enfermedad y dolencia.

Al ver a las multitudes, se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y desamparadas, como ovejas sin pastor. Entonces dijo a sus discípulos: “La cosecha es mucha y los trabajadores, pocos. Rueguen, por tanto, al dueño de la mies que envíe trabajadores a sus campos”.

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Reflexion.

La curación del hombre mudo y la reacción de los fariseos son un duplicado de (Mt.12, 22-24), lo mismo que el del relato anterior, éste es uno de los signos que los profetas habían anunciado por el momento en que Dios instaura su reino. El relato de la curación es muy breve lo que más le interesa al evangelista es subrayar las reacciones que provoca, la gente reconoce la novedad de los signos de Jesús, mientras que los fariseos descubren en ellos el poder del príncipe de los demonios. Sin embargo Jesús no toma en cuentas todas las oposiciones que la gente realiza sobre todo los fariseos, el continua su misión haciendo que los signos del reino sean aceptados por el creyente, y de esa manera puedan participar del reino que Jesús anuncia para todos los que oyen sus palabras y creen en sus obras.

Una ves mas el texto nos muestra los sentimientos de Jesús la compasión que tiene Jesús por la gente por aquellos que andan como ovejas sin pastor, los que no tienen un camino definido, un camino a seguir, es por ello que invita a la comunidad a orar para que los trabajadores de la mies continúen la misión de Jesús, es al dueño de la mies a quien tenemos que pedirle que siga enviando trabajadores para su mies.


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